sábado, 4 de junio de 2011

Una anécdota en la que pienso a veces...

Hoy os presentamos la historia que nos ha hecho llegar una mamá que encontró apoyo en ALMA en los momentos más difíciles. Por suerte, hoy sigue disfrutando de su lactancia. Mil gracias, Vanessa, por compartir esto con nosotras.


En una de las tantas revisiones que nos hacen a las embarazadas,coincidí con varias en la misma sala. El tema principal era nuestros futuros partos. Una embarazada comentó que era su segundo hijo, y en cuanto éste naciera iba a pedir unas pastillas para que no le subiese la leche porque con el primero lo pasó mal hasta que se las dieron. No tenía un espejo pero mi cara en ese momento era de horror!!!!¿Cómo una madre podía pedir que le quitasen su leche?¿Cómo en un hospital te ponen al alcance eso?Yo que deseaba que cuando naciese mi bebé tuviese suficiente leche y cada vez que me salía una gotita "amarillita" veía oro en ese líquido.

La gente me preguntaba si iba a dar pecho o biberón. Mi "quiero dar pecho" iba siempre acompañado de inseguridad porque a mi madre le escuché siempre que su leche no era buena y por eso nos dió biberón. Diez minutos cada 3 horas fueron los consejos que le arruinaron la lactancia.

No conocía a nadie cercano que diese el pecho, no vi a mujeres amamantando. Escuchaba una historia de mi abuelo acerca de su hermano, que le llevaba el banco a su madre para que le diese la teta, pero se quedaba en una historia, no en una lección. Tampoco me informé, pues creía que no podía ser difícil porque era lo natural. Creía que con acercar el bebé al pecho ya estaba. No contaba con que hubiese problemas, con la mala posición, con las dudas, con el cansancio, etc.

Los dos primeros meses lo pasé mal. Recuerdo días en los que pensaba "no puede ser que tenga que ponerla al pecho otra vez". Cada vez que me duchaba sentía dolor, el agua golpeaba mis pechos. Dentro de mí sabía que estaba haciendo algo mal. Me recomendaron hablar con un grupo de apoyo, en concreto con ALMA. No tenía ni idea que había algo así. Contacté via e-mail...GRACIAS.

Han pasado 18 meses desde que nació. Y mi abuelo me repite la historia de su madre cada vez que me ve amamantando.

Al pensar en esa mujer del hospital siento compasión porque no pudo disfrutar de la lactancia. Ni siquiera se iba a dar la oportunidad!!! La oportunidad de la complicidad, del vínculo, del amor, del entendimiento, del fuera del tiempo, del contacto, de las sonrisas, de las miradas,...de todo lo que te regala el dar teta.

"La lactancia es un regalo, aunque sea difícil saber quien da y quien recibe". 
(Dr. Carlos González, "Un regalo para toda la vida").

Vanessa Fernández

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